Anécdotas en Alemania
¿Wie Bitte?
Desde que llegué a Alemania hace dos años y medio, vivo pegada a mis diccionarios, sí, escribí bien, DICCIONARIOS. Llegué un frío octubre sin saber nada de este “grato” idioma, lo entrecomillo a modo de ironía, porque me ha traído por la calle de la amargura con sus retorcidas palabras y reglas. Esto ha hecho que en situaciones dijera: “tierra trágame ya y escúpeme al lado de mi madre” y que pasado el tiempo me ría de esos “trágicos” momentos. Recuerdo el día que en la aplicación de un supermercado vi la oferta de una colonia con forma de la princesa Frozen, era ideal, ya que me habían invitado al cuarto cumpleaños de una preciosa niña muy fan de esta protagonista de Disney, este sería un regalo acertado.
Pues a esas que voy al supermercado y empieza mi tarea de detective en la sección de productos del día… Empiezo a ver la sección de niños: juguetes, colores… Muñecas!!! Pero… ¿Dónde está mi deseada colonia de Frozen?
No había ni rastro de ella en ningún rincón de aquel gran supermercado. “¿Y si pregunto?” Allá que fui, con mi patético alemán a preguntar por mi deseada colonia de princesa; “Parfüm (perfume), Frozen, Kinder (niños)…
No había manera de entenderse, la chica del supermercado me llegó a preguntar qué idioma hablaba. Yo empezaba a notar calor y… un sudor…
Ni con gestos era capaz de entenderme, así que desistí y me fui de allí. “¿Qué es lo que no me ha entendido?”
En otra ocasión, haciendo la compra pregunto por el “Tomate Schaf”… Señora! Si en el pasillo de los zumos le pregunto por una Oveja de Tomate… Piense un poco. ¿El resultado? Seguramente diréis: “Pero Marta, ¿Cómo pides una oveja de tomate?” Pues es que se pronuncia muy parecido: oveja es Schaf y zumo es Saft, de ahí mi error y mi cara de… “Pero qué pasa”.
Y lo de Frozen, pues en el cumpleaños de la niña explicando incrédula cómo era posible que no me entendieran, me explicaron que aquí se la conoce como reina del hielo (die Eiskönigin) y no como Frozen, ¿En serio?
Como estas hay muchas anécdotas, que en el momento te hacen pasar un mal rato e incluso llorar de rabia e impotencia, pero que luego te sacan más de una risa y carcajada. Mi socorrido “¿Wie bitte?” o ¿Entschuldigung?” no ayudan mucho en estas situaciones, pero si te da para dar a entender que algo sabes de este entrañable idioma, y que haces algún esfuerzo por adaptarte aunque la mayoría de veces quiera salir corriendo.
¡¡Ah!! Según mis diccionarios y traductor el significado de mis preguntas es: ¿Cómo perdón? Y ¿Perdón? Sí! Hay diferentes maneras de decir lo mismo, pero esto es otro capítulo.
Viele Grüβe aus München!
Marta
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